Y eso es todo.

Para saber más, tendrá que investigar un poco y enterarse de que fue fundada como "bastida" en 1250 por Alfonso de Poitiers, conde de Toulouse; que fue arruinada el 3 de junio de 1573 por los ejércitos del Rey por practicar la religión protestante; que volvió a prosperar, alcanzando una población de más de mil habitantes en el siglo XIX, pero que la filoxera, seguida de la guerra 14/18 y, finalmente, la industrialización del siglo XX provocaron un lento declive. ¿Inexorable? No estoy tan seguro.

Sus activos se reflejan con orgullo en su nombre: Viridifolio, Vertfoil, luego Verfeil. Desde hace casi ocho siglos, dice a todo el mundo lo que es. Un lugar donde el verde de los bosques se mezcla con el de los prados, donde la topografía se ha convertido en artífice de paisajes notables, un lugar donde existen las estaciones, donde las noches siguen siendo oscuras y las estrellas brillantes, donde el silencio sólo es perturbado por los sonidos de la naturaleza. ¿Un hermoso sueño? Sin duda.

Más de diez asociaciones ofrecen a todos la posibilidad de participar en la actividad que deseen. En verano: fiestas, conciertos, festivales y diversas actividades culturales. En temporada: caza y pesca, fútbol o tenis y, durante todo el año, aprendizaje de inglés, canto, cultura o animación en la biblioteca, comer bien, casas rurales de carácter para alojar a los amigos que vienen de visita.

Es el lugar perfecto para establecerse y vivir permanentemente. El centro de la ciudad ofrece un gran número de casas para reformar. Caussade y Villefranche de Rouergue están a media hora en coche, Albi, Montauban y Cahors a poco más de una hora y Toulouse a hora y media. La escuela está a tres kilómetros, el collège a 15 y el lycée a 30, por lo que el tiempo que se tarda en llegar es el mismo que en una gran ciudad.